Conde de los Andes y Ardo Distribuciones, en un escenario singular, el estadio Reale Arena

La mañana del 28 de marzo fue única para la familia que compone Conde de los Andes, al igual que lo fue para los más de cuarenta asistentes a la cata histórica que organizó la Bodega en colaboración con Ardo Distribuciones en San Sebastián.

Cata histórica - Conde de los Andes y Ardo

A través de siete vinos, Javier Murúa, director, junto con Chema Ryan, enólogo del grupo Muriel Wines, al que pertenece Conde de los Andes, hicieron un recorrido por más de 70 años de producción enológica, ya que una de las añadas históricas presente fue el Blanco semidulce 1948. 
La cata, a la que asistieron más de 40 sumilleres referentes del sector, se estructuró: 

Añadas históricas:
Conde de los Andes 1948 (Blanco semidulce), 1975 (Tinto), 2005 (Tinto)

Actuales:
Conde de los Andes Tinto 2016, Blanco 2019

Capítulos:
Capítulo I, Conde de los Andes Malvasía 2016

Ediciones Especiales:
Conde de los Andes Duermevela Blanco 2016

 

Cata Conde


El momento actual de Conde de los Andes

Conde de los Andes vive un momento especial, de crecimiento de la marca. Murúa ha destacado sobre este encuentro que supone “potenciar la visibilidad de un proyecto que mantiene una línea de crecimiento a través de nuevos vinos de vinificaciones diferentes y estudiadas, a la vez que implica salvaguardar el legado de una colección histórica única”.

También comentó, en tono más relajado, que se sentía “afortunado por compartir con Eneko, y su equipo de Ardo Distribuciones, este encuentro en un entorno profesional pero distendido, así como por iniciar a partir de ahora un camino juntos. Él conecta con nuestros valores de marca y con él apostamos por aumentar nuestra presencia en el sector”.

Del encuentro, Javier y Eneko, destacan que “lo que sobre todo ha mostrado esta cata es la línea de lo que la bodega quiere hacer: manteniendo su base en la selección y en la calidad en el viñedo, ya que los vinos tienen una gran limpieza. Se aprecia cómo cuenta con muy buena calidad en la uva, así como con mucho cuidado en la elaboración. No se dan oxidaciones extrañas y lo que se percibe en este proyecto es mucho criterio”.

Gran parte de los vinos catados son botellas que difícilmente pueden encontrarse o que han sido guardadas celosamente por la antigua casa. Esto convirtió en algo irrepetible el encuentro de ayer.
 
“Poder probar Añadas Históricas ha sido una oportunidad irrepetible” comentaban muchos de los asistentes, quienes han redescubierto el Proyecto Conde de los Andes de la mano de la Familia Murúa. 

Reale Arena - Cata Conde


Vinos Actuales, Capítulos, Ediciones Especiales y una Colección Histórica

Conde de los Andes cuenta en su producción con Vinos actuales que definen el estilo de la bodega en el momento que vive. Pero también con otras líneas que distinguen a esta bodega: la más rompedora, Capítulos, una de Ediciones Especiales, y su Colección histórica. Durante la cata de ayer se hizo un recorrido por todas estas líneas. Los Vinos actuales catados fueron Conde de los Andes Tinto 2016 y Blanco 2019. 

Por otra parte, Conde de los Andes Malvasía 2018 fue catado dentro de la selección de Capítulos, una familia de vinos en los que se experimentan vinificaciones y que pueden cambiar dependiendo de la cosecha.

Este capítulo, que explora aspectos concretos de las viñas adscritas a Conde de los Andes, se estrenó con el Capítulo I, y ahora ve la luz su segunda añada, la 2018; una Malvasía con buen recorrido e interesante acidez cítrica de la que se han hecho apenas 1900 botellas.

Conde de los Andes Duermevela Blanco 2016 es un vino que nace para perdurar en el tiempo.  Complejo y vivo, seguirá evolucionando en botella muchos años más. Ediciones Especiales que se elaboran en las añadas más excelentes. 

Además, la bodega dispone de una Colección histórica en la que reposan, a 40 metros de profundidad, vinos de añadas que van desde 1892 hasta 2019. En una impresionante trama de calados con nombres como ‘Los Candiles’, ‘Los Gallegos’ o de ‘La Flor’. 

Se custodian más de 450.000 botellas de las cuales 40.000 son anteriores a la década de los setenta. En la colección destaca una cantidad notable de medias botellas y de vinos blancos.

Ayer se cataron Conde de los Andes 1948 (Blanco semidulce), 1975 (Tinto) y 2005 (Tinto).