Conde de los Andes: momento de plenitud

2016 es la añada en que Conde de los Andes Tinto se presenta con un ligero cambio de presentación. La etiqueta de nuestro vino de Ollauri incorpora, precisamente, la mención Bodegas de Ollauri.

Botella Conde de los Andes

Cumple lo que promete

El objetivo es reforzar el origen, tanto en un sentido de localización como de continuidad histórica.

El estilo del vino sigue el camino marcado por las añadas precedentes: intensidad en color y en aromas, con una boca corpulenta, potente, estructurada y de matices sumamente agradables. Un tempranillo muy expresivo, que representa bien los nuevos caminos que puede seguir nuestra variedad emblemática de la zona de Rioja Alta y Sonsierra más occidental.

Como escribe un comentarista en Vivino, su cuerpo equilibrado y la firmeza de sus notas de fruta roja, madera bien integrada lo convierten en un maridaje “soberbio y muy disfrutable” con carnes rojas a la parrilla.

Momento perfecto

Este primavera que da sus primeros pasos supone también el inicio de la mejor época para Conde de los Andes Tinto. Muy afinado tras más de tres años en botella, el vino ha desarrollado una complejidad en boca maravillosa. El rastro del entorno natural donde tenemos las viñas (en los contrafuertes agrestes del monte de Toloño) y el ambiente de piedra y frescor de los calaos, o bodegas subterráneas, donde ha madurado durante largo tiempo. Todo ello está presente, aportando una armonía entre pureza natural y experiencia bodeguera dentro de los cauces más tradicionales.

El crítico suizo de vinos Hans Schneeberger lo resume de forma muy atractiva, también en Vivino: “Un vino hermoso. Cremoso, elegante, suave, moderno. Con especias de madera muy perceptibles y taninos ligeramente ácidos. Buena estructura y un gran potencial. Cumple lo que promete.”

Nos convence al 100% esa última frase: cumplir con una promesa de gran vino: serio, enérgico, profundo, degustable, plenamente satisfactorio.

 

Conde de los Andes botella